Böhm-Chronik



Relato de nuestro cuarto viaje a Silesia

(Alemania hasta 1945, Polonia desde entonces)

Septiembre 2005
Escrito por Bertha Medina de Boehm



Una vez más Guenter quiere indagar más sobre sus antepasados y los lugares en que vivieron, así que el 12 de Septiembre 2005, iniciamos nuestro cuarto viaje hacia dichos lugares.

Llegamos al aeropuerto de Munich el martes 13 a las 8 de la mañana, recogimos el coche que ya habiamos reservado por internet y nos quedamos en el departamento de nuestros hijos Alexander y Eva en Pfaffenhofen, aunque ellos andaban de viaje por razones de trabajo. Ahí estuvimos dos días, convivimos con a mis cuñados y nos preparamos para la semana de búsqueda en Bohemia y en Silesia.

Bohemia
El 15 de Septiembre salimos antes de las 8 de la mañana, un día lluvioso y brumoso, no lo ideal para probar las autopistas alemanas que no tienen límite de velocidad. Cansados, sedientos y hambrientos, llegamos a la ciudad de Dvur Kralove en la Republica Checa, a las 5 de la tarde, sólo nos habíamos parado una vez para tomar gasolina, un refresco y galletas, llegamos al hotel y después de descansar una hora, fuimos a cenar en el restaurant del mismo. Al día siguiente, bajo la lluvia y con la ayuda de un fotógrafo y su amigo que es historiador local y habla alemán, encontramos tras tres horas de aventura, la iglesita de la familia Rodovsky. Guenter ya sabe que sus antepasados de Silesia fueron miembros de ésta familia y salieron de aquí a principios del siglo XIV. En éste lugar, encontramos indicios que confirman tal teoría. Por la tarde y ya sin lluvia, regresamos al bosque que ya habíamos tratado de explorar el año pasado, pero entonces la fuerte lluvia no nos dejó ni entrar, ésta vez pudimos internarnos lo suficiente para comprobar lo que nos habían dicho el fotógrafo y su amigo, las ruinas de los Rodovsky están cubiertas por el bosque y lo único que se ve son montículos entre los árboles. No olvidamos que hoy es el día de la Independencia de México y mis paisanos están de gran fiesta.
Chloumek (en checo)

Silesia
El 17 seguimos nuestro viaje rumbo a Silesia, cerca de Friedland lugar de nacimiento de Guenter, nos encontramos con un señor polaco (amigo de internet) que está escribiendo la crónica de la herrería del lugar que van a convertir en museo, pues data del siglo XVII y aún conserva herramientas de aquel tiempo, su abuelo fué el último herrero que la trabajó hasta mediados del siglo pasado. Por el mismo rumbo, Guenter sacó fotos de un monumento a las víctimas del holocausto, pues ahí se encontraba un campo de concentración, ésto por encargo de otro amigo de internet que está escribiendo un libro sobre el tema.

Al día siguiente hubo una reunión de geneálogos, estuvo interesante, sólo fueron cinco, la sexta llegó tarde y no nos alcanzó, pues ya nos habíamos ido a comer, lástima. Cada quien anda en busca de sus antepasados y se intercambian información, material y nuevas ideas, todos buscan en la misma región. Por la tarde visitamos el palacio de Tannhausen que fué del tío bisabuelo de Guenter, llevandonos la buena sorpresa de que ya lo están restaurando y precisamente ese domingo fué el último día de una celebración regional "Los Días Europeos" (en polaco) en los que se abrieron al público las puertas de palacios y monumentos que normalmente están cerrados y así mostrarles a los habitantes del lugar sin costo alguno los tesoros escondidos que tienen a su alrededor. Hay que mencionar que la población actual, apenas llegó a esos lugares hace cincuenta años después de la Segunda Guerra mundial y por muchos años su preocupación principal fué la de sobrevivir, de palacios, y monumentos nadie se ocupaba y hasta destruyeron algunos, como en el caso de la iglesia protestante de Friedland que fué demolida para hacer el estacionamiento de la iglesia católica. El palacio de que hablamos aún está en pie, pero algunos de sus edificios contiguos, ya son semiruinas. Los nuevos dueños que nos atendieron muy bien, piensan hacer un centro turístico y ya han arreglado lo suficiente para tomar parte en los festejos, ese día nos tocó un concierto de música semimoderna al aire libre, pusieron el ecenario frente al palacio y en el parque había mesas y bancas para por lo menos 200 personas, había juegos para niños, paseos en calandria, comida y bebida y mucha gente disfrutando. Por medio del arquitecto encargado de la restauración que por fortuna habla muy bién español, nos dieron una rápida información de sus planes y nos pidieron que regresaramos el miercoles, pues nos iban a preparar un paquete de material informativo, con DVD's y videos.
Jedlinka (en polaco)

Los siguientes días los dedicamos a visitar conocidos y ubicar los terrenos en donde estuvo el rancho del tatarabuelo de Guenter, en el lugar se encuentran varios campos de cultivo. El rancho de uno de sus bisabuelos aún existe y funciona como tal. La posada del otro bisabuelo también está en pié pero convertido el hotel y las caballerizas en departamentos y la sala de baile es una bodega. Otro día visitamos al padre polaco que el año pasado nos ayudó a encontrar la segunda ruina de los Beheim (siglo XIV) y que está escribiendo una crónica del lugar, la primer ruina la encntramos también el año pasado con la ayuda de dos estudiantes que al mismo tiempo nos sirvieron de intérpretes con el padre. Este año nos acompañó nuestro amigo Andreas que es alemán casado con polaca y que se dedica a ayudar a todos los que buscan antepasados o que tienen asuntos legales de familia, herencias etc.visitando archivos, conectandolos con abogados, haciendo copias de documentos, traducciones y demás. En su casa tiene un departamentito para huespedes que nos renta cuando vamos.

El miercoles en la mañana asistimos a una misa en la iglesia más antigua de Waldenburgo, que fué construida en 1310, es muy chiquita y la tienen muy bien cuidada. La misa la mandó decir un grupo de alemanes que vivieron en ese lugar hasta 1957, 12 años después de que terminó la guerra los dejaron salir y dicen que los polacos los trataban como mendigos. Después de la misa subimos con ellos a la montaña más alta de la región. El que organizó éste viaje para el grupo, también es amigo de internet de Guenter y como nuestro viaje coincidía con el de ellos, nos invitó a acompañarlos.

Por la tarde regresamos al palacio, aún no terminaban de recoger lo de la fiesta, adentro todavía estaba la exposición de fotografías antiguas, actuales y posters del proyecto y de cómo va a quedar dentro de dos años que piensan estará listo. Con mucha amabilidad nos pasaron a una oficina, la mesa ya estaba muy bien puesta para tomar café y a mí me presentaron un hermoso ramo de flores y los principales me saludaron con beso de mano, que bochorno sentía y pena que ni siquiera dar las gracias en polaco he aprendido. Nos dieron un tour del palacio, una ala piensan adaptarla para hospedaje, los salones que están en al centro del edificio, serán para conferencias y convenciones y en el ala opuesta serán las oficinas que en parte ya están en forma provisional y a las que regresamos después del tour, para llevarnos otra sorpresa, pues le ofrecieron a Guenter el puesto de Presidente Honorario de la fundación que piensan formar para la investigación de la historia del palacio que data de 1305. Después de unos titubeos y de recordarles que los decendientes directos del Sr. Gustav Böhm (último dueño del palacio) són los parientes de Namibia, Guenter les dijo que se sentía honrado y aceptaba siempre y cuando las obligaciones que eso implica estén dentro de nuestras posibilidades y no tengan nada que ver con los movimientos financieros de dicha fundación. Los otros edificios que en parte son más grandes que el mismo palacio, piensan adaptarlos para hotel, restaurantes, tiendas, etc. El jardín con la fuente monumental que ya restauraron, está rodeada de un parque que sólo hay que arreglar. Es como una hacienda inmensa. Los planes son ambiciosos, ojalá que puedan realizarlos. Nos despedimos con la promesa de regresar el año entrante y con un paquete de material informativo incluidas películas, que nos han revelado las diversas empresas que manejan los dueños y nos dán confianza en que podrán sacar del olvido el palacio de Tannhausen.
Schloss Tannhausen

Sajonia
Así llegó a su fín nuestra visita a Silesia. El jueves 22 de Septiembre salimos con destino a Oelsnitz, Sajonia en donde Guenter asistió a la escuela. Sus compañeros organizaron una tardeada para saludarlo, la mayoría no lo habían visto en casi 50 años. Estuvo muy alegre y emotiva, nosotros y algunos de ellos llevamos fotos antiguas y actuales y se nos fué el tiempo sin sentir. Que bonito es poder platicar con personas de otros paises. Al día siguiente regresamos a Pfaffenhofen, en un restaurant de la autopista nos encontramos con dos amigos de internet de Guenter con los que se había puesto de acuerdo por medio del internet y estuvimos dos horas platicando sobre historia familiar, que es el hobby de todos.

Bavaria
En Pfaffenhofen estuvimos los últimos 4 días, ésta vez sí estaban Alexander y Eva con su hijo Holger, el tiempo estaba tan bonito que pudimos disfrutar la bonita terraza así como caminar por el campo y por la ciudad, Eva cocinó muy sabroso y dos días los invitamos a cenar fuera.

Un día nos llevaron Herbert y Elsbeth a visitar a su hijo Andreas que vive cerca de la frontera con Austria, tiene tres niños y acaban de estrenar casa. Estuvimos muy contentos conociendo a los últimos dos sobrinos y admirando los Alpes desde el jardín.

Otro día fuimos a Nuremberg, ahí nos encontramos con Pavel Fort, (amigo checo) que fué compañero de Guenter en Daimler-Benz de 1969 a 1975 y desde entonces han seguido en contacto. El hizo un viaje desde Hannover de 4 horas y nosotros de 2 para poder platicar, comer y dar un paseo por la ciudad, a las cuatro horas nos despedimos y tal vez nos veamos nuevamente dentro de un año.

Desgraciadamente el tiempo con Alex fué muy corto, pues el trabajo no deja que coincidan nuestras vacaciones, pero por lo menos estuvimos con ellos, vimos que tanto él como su familia están bien y tal vez el año entrante podamos ir en mejor tiempo y nos quedemos un poco más. Ellos también quieren venir a visitarnos el año entrante, tal vez para el cumpleaños de Alexander. Les enviamos unas fotos del viaje.

El miércoles 28 de Septiembre, Yolanda la esposa de nuestro sobrino Peter nos hizo favor de llevarnos al aeropuerto, pues Alexander se tuvo que ir el mismo día muy temprano a su exposición en Dortmund.

Todavía nos tocó sentir los vientos del huracán Rita, pues no dejaron aterrizar al avión al primer intento en Syracuse que enmedio de turbulencias bajó y a unos metros de la pista volvió a subir para volar en círculo y volver a intentar el aterrizaje, que funcionó sin problema. Al fín llegamos temblando de miedo a las 11 de la noche y Laura estaba ya esperandonos.

Relato de nuestro primer viaje a Silesia
Julio 2001

Relato de nuestro segundo viaje a Silesia
Octubre 2002




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