Anécdotas y Recuerdos de la Vida de mi Padre,
Prof. Román Medina Rojas
por Bertha E. Medina de Boehm
(5) Su Vida Profesional y sus Viajes de 1931 a 1993
Su primer trabajo fué en San Pedro de los Pinos, cuando empezó a trabajar dos turnos se cambíó a la Colonia Roma a la escuela '20 de Noviembre', turno vespertino, pues en las mañanas trabajaba en escuela particular y los fines de semana daba clases particulares. En la '20 de Noviembre' dió clases por 30 años y en las particulares cambió varias veces, pero siempre en instituciones de prestigio como El Colegio Inglés, El Colegio Israelita de México y El Liceo Franco Mexicano , en el que yo hice mis primeros 5 años de primaria, pues quiso que mi Certificado de Primaria lo recibiera de escuela oficial, por lo que el sexto lo cursé en escuela de gobierno, él duró más tiempo ahí.
Fué un buen maestro, varias personas que fueron sus alumnos lo recordaban con cariño a pesar de considerarlo exigente y amante de darles mucha tarea, me han comentado que se daba a querer y respetar y que además de enseñarles lo académico les había dado muchos consejos que les habían ayudado a resolver sus problemas personales y a salir adelante en la vida.
Amaba y buscaba la naturaleza, primero vivimos muchos años a media cuadra del Bosque de Chapultepec, el que atravesabamos todas las mañanas para ir a la escuela en donde él era maestro y yo alumna. Después nos mudamos al campo, era un fraccionamiento en construcción, aún no había calles y las vacas solían pastar en nuestro terreno, el Río Churubusco bordeado de eucaliptos y la Calzada Ermita Ixtapalapa con sus pirules centenarios eran nuestros entornos, ahora, pasados 50 años, todo ésto ha sido engullido por la ciudad. Con sus conocimientos de ingeniería, hizo los planos de la casa y los llevó con un arquitecto que los firmó y cobró como si él los hubiera hecho. Con la ayuda de un primo de Milpa Alta que era maistro albañil, construyó la casita de sus sueños en esa nueva colonia en 1954. Colonia Sinatel (Sindicato Nacional de Telefonistas).
Era una persona tímida lo que le impidió dar a conocer su vasta cultura y otras cualidades que sin embargo le permitieron disfrutar con plenitud los inumerables viajes nacionales e internacionales que hizo en compañia de mi mamá. Nada tímido era para usar su lengua materna, aprovechaba cada oportunidad para dar aunque fuera un pequeño discurso en Nahuatl a la audiencia que fuera, traduciendolo enseguida al castellano. En varias ocasiones me tocó traducir esas palabras al alemán en Alemania, a donde me fuí a vivir cuando me casé y en donde mis papás me visitaron cinco veces en el transcurso de los trece años que estuve radicada en ese país.
En una ocasión mi papá asistió a una conferencia y conversando con un grupo de los asistentes, tomó la palabra en Nahuatl como siempre le gustaba hacerlo. Un señor alemán se acercó, se dirigió a él también en Nahuatl y se pusieron a platicar, al fín le preguntó mi papá que como era que hablaba tan bien ese idioma, pues parecía que estaba platicando con un paisano. El señor que se identificó como Franz Mayer, le dijo que su médico, el Dr. Medina, que era de Milpa Alta se lo había enseñado. Resultó que el mencionado doctor era primo de mi papá, hijo de su tío Don Secundino Medina.
Le gustaba mucho viajar y recuerdo que desde niña nos ibamos a algún lado en las vacaciones de la escuela y mi mamá, que era secretaria en la Cía. Telefónica Méxicana (después Tel. Mex.), procuraba pedir sus vacaciones en la misma época, él quería conocer todo México.
En 1964 mis papás hicieron su primer viaje internacional para ir a ver como vivía yo en Alemania de donde es originario mi esposo, allá vivimos de 1963 a 1976, y nos visitaban cada que nacía un nuevo nieto. Cuando iban, combinaban el viaje con un tour por Europa siempre a diferentes paises, así conocieron casi todos los paises de Europa, inclusive los paises comunistas, desde entonces y siempre acompañado de mi mamá, siguió viajando casi hasta el final de su vida y conoció Norte América, Centro América, América del Sur, El Lejano Oriente y las islas del Pacífico. Una guerra en Israel les impidió hacer el viaje que ya habían planeado al Cercano Oriente. En nuestro país (México) también viajó de norte a sur y de oriente a occidente. De 1984 a 1993 pasaron todos los veranos en el Estado de Nueva York (USA) en donde mi familia y yo estamos radicados desde 1983.
Trabajó 15 años más de lo necesario, pues no quería jubilarse, lo que hizo al fín en 1975 siendo asistente de Inspector en la zona escolar que tenía como centro San Míguel Topilejo en Tlalpan.
Yo creo que su vida sobrepasó sus sueños de niño campesino y a pesar de que no alcanzó la meta que se había fijado, aprovechó bien las oportunidades que se le presentaron. En dos ocaciones estuvo al borde de la tumba como él solía decir, pero su fuerte constitución que hasta los doctores admiraban, lo ayudó a salir adelante, falleció en 1993 tres meses antes de cumplir 86 años, a consecuencia de una cirugía defectuosa.
Por diferentes motivos no pudimos cumplir sus deseos de regar sus cenizas por el Teuhtli como lo había expresado, pero lo sepultamos al lado de su madre frente al cerro que tanto amaba. Yo creo que ahí está descansando en paz y satisfecho de su vida.