Böhm-Chronik



Relato de Nuestro Onceavo Viaje a Silesia

(Alemania hasta 1945, Polonia desde entonces)

Junio 2011
Escrito por Bertha Medina de Boehm




NUESTRO 11. VIAJE A SILESIA, Junio 2011

Aunque ya pasaron dos meses de nuestro regreso de Polonia y de Alemania, quiero compartir con familiares y amigos los momentos de alegría, susto y corajes que vivimos durante nuestro onceavo viaje a Silesia, Polonia, antes Alemania, lugar de nacimiento de Guenter y en donde vivieron sus antepasados, de los que tenemos testimonios documentados desde el siglo XIV(1329). Así como las visitas que hicimos a familiares y amigos en Alemania.

Esta vez nuestro viaje duró tres semanas y nos acompañó nuestro nieto Nicholas que ya tiene trece años. Yo tenía miedo de que empezara a extrañar a sus papás a los pocos días, pero la increible tecnología moderna, hizo el milagro de que todos los días estuviera en conacto con ellos por medio del iPod, no sólo platicando, sino viendolos y mostrandoles los lugares en donde estábamos, los regalos que recibía, su cama etc. y ellos también le mostraban como estaban aprovechando su ausencia para remodelar su baño, los dibujos de su hermanita , etc. y todos se pasaban el iPod para platicar con él, hasta al gato le tocaba su turno y por supuesto a nosotros también.

Llegamos el 12 de Julio, nuestra nuera Eva nos recibió con un buen desayuno, después de platicar y descansar un rato, fuimos a saludar a mis cuñados Herbert y Elsbeth, a ella la vimos desmejorada, el todavía se ve fuerte y bien para sus casi 82 años. Alexander no estaba, pues precisamente ése día fué la reunión con sus excompañeros de la Universidad en Tübingen, pero llegó al día siguiente por la mañana, así que pudimos estar con él todo el día. También vimos a Peter y Familia y conocimos a su nietecito, nuesrto sobrino bisnieto, el primero de la nueva generación, aunque no se apellide Boehm pues es su mamá la que nos hace parientes.

El martes 14, después de desayunar, salimos rumbo a Polonia. Esta vez rentamos un Opel Insignia que es un poco más grande que los que hemos rentado anteriormente, pues a Polonia fuimos cuatro personas. También Eva y Alexander salieron casi al mismo tiempo, pero ellos a Grecia, pues tenían una invitación de unos amigos que tienen una casa en una de las islas griegas. Por tal razón las dos primeras noches nos hospedamos en una pensión muy cercana a su casa , para no darles mas quehacer de lo necesario.

Después de 4 horas de viaje llegamos a la casa de nuestra nueva amiga Gerda Nürnberger que vive en Sankt Niklas en Sajonia, ya nos estaba esperando, solo pasamos a recogerla pues nuevamente, como el año pasado, nos acompañó a Polonia a visitar el palacio que fué de un tío bisabuelo de Guenter. Gerda nació hace 84 años en uno de los edificios que forman el conjunto del palacio. Su papá arrendaba los establos, siendo suyo el ganado y lo mismo hacía con algunos campos de cultivo, todo propiedad del pariente de Guenter y Gerda se acuerda muy bien de él y de su familia.

Nos tomaron otras cuatro horas para llegar al palacio, dos de con Gerda a la frontera y dos más de la frontera al palacio. En la actualidad si no fuera por los letreros "Polonia" y que de pronto todo es en polaco, ni cuenta se daría uno de que cruzaba la frontera, pues Polonia es parte de la Unión Europea y ahí las fronteras están abiertas. Ni casetas, ni guardias, ni plumas, absolutamente nada. Que diferencia de cuando tenía uno que pasar varias plumas colocadas en zig zag, esperar a que revisaran los documentos, con guardias en los cuatro lados del coche y si alguna duda surgía, había que bajarse y pasar a una oficina para ser interrogados y si tenía uno mala suerte hasta el coche desmantelaban para revisarlo. Horas se tardaba uno para cruzar la frontera, éso demuestra progreso y la posibilidad de que los enemigos se conviertan en amigos si la situación así lo requiere.


Palace Jedlinka/Castillo Tannhausen
Llegamos como a las seis de la tarde al palacio en donde ya nos estaba esperando la secretaria del dueño para llevarnos a hospedar en una Villa del centro, pues el hotel que están construyendo en uno de los establos aún no está terminado, le faltan dos o tres meses más. La villa es una construcción de principios del siglo XX muy bien restaurada y con todas las comodidades modernas. Nos dieron una suite de dos recamaras, en el primer piso y Nicholas hasta tenía su baño privado. La habitación de Gerda estaba en el mismo piso, más pequeña pero también bonita y con su baño muy moderno. Todos teníamos una vista preciosa, la ciudad es pequeña, rodeada de bosque. La planta baja y el primer piso están adaptadas para hospedaje y en el segundo viven los dueños, matrimonio joven con dos niños pequeños. Nos atendieron muy bien los cinco días que estuvimos ahí, pues fuimos sus primeros clientes, todo olía a nuevo. Esos días nos recordaron mucho el negocio que tuvimos en México "Quinta Palo Verde".

La visita oficial comenzó a las diez de la mañana del día siguiente, Miercoles 15 de Julio en la Alcaldía, ahí nos recibieron el Alcalde, el presidente del consejo municipal y otras personas importantes del lugar, después de darnos un informe de todas las mejoras que han logrado desde nuestra última visita, nos pasaron a la sala de conferencias en donde se encontraban reunidos los alumnos de la escuela secundaria del lugar y sus maestros. Después de presentar a Guenter y dar una corta reseña de su vida, le pidieron que les dirigiera unas palabras y como siempre su mensaje principal es despertar en ellos el interés por la historia de sus familias y del lugar en el que viven. Enseguida les dieron la oportunidad de hacer preguntas. La pregunta que más lo impactó fué "Porqué se fué de aquí?", por unos segundos no sabía que contestar, al fín dijo "Me tuve que ir" y nadie hizo comentarios. Parece que ignoran la expulsión en masa del pueblo alemán, que hubo después de la Segunda Guerra Mundial en ése lugar. Este momento embarazoso, demuestra que los nuevos silesianos todavía tienen que aprender mucho sobre la historía de Silesia. Para finalizar, los políticos dieron un informe sobre sus planes para el futuro y nos dieron la oportunidad de tomar fotos.

Los maestros le pidieron a Nicholas que se sentara enmedio de los alumnos para retratarlos y todos querían sentarse junto a él. A pesar de la barrera del lenguaje Nicholas se veía contento y le dió su cámara a uno de los maestros para que le hiciera el favor de tomar una o dos fotos con ella. Antes de seguir, quiero aclarar que en todas nuestras visitas siempre hay un traductor o traductora a nuestra disposición y ahora nosotros tuvimos que traducir al inglés para Nicholas, afortunadamente nuestro amigo el Sr. Köpke también habla inglés y le dedicó mucho tiempo a Nicholas. Ernst Köpke también nació en ése lugar, su abuelo era el contralor de la ciudad y tenía su oficina en el palacio del tío bisabuelo de Guenter quien asumió el cargo a la muerte de aquél. Guenter y Ernst son una mancuerna que está haciendo posible la creación de una biblioteca genealógica en el palacio Jedlinka, por medio de una campaña entre los ancianos nacidos en Silesia y expulsados como ellos después de la Segunda Guerra Mundial y que ahora viven en Alemania, para que donen a la nueva biblioteca del palacio sus libros sobre la historia de Silesia, pues la mayoría de sus decendientes en Alemania no tienen mucho interés en un lugar que no conocen y los nuevos Silesianos polacos, saben muy poco sobre la historia del lugar, como lo probó la pregunta que le hizo a Guenter la niña de la secundaria.

Siguió una visita a la escuela primaria y un recorrido por el centro de la ciudad con la consabida probada de las aguas curativas en la pérgola que alberga la fuente con cinco tomas de agua, cada una de un manantial diferente y con sabor distinto, que según dicen, curan toda clase de enfermedades. Cerca de ahi está el restaurante Charlota y en ese lugar ya nos estaba esperando un reconfortante lunch. Nos dieron unas horas para descansar y en la tarde hubo una cena con los miembros del club "Amigos de Jedlina Zdroj" con una asistencia de 30-40 personas, hasta el Sr. Cura asistió. Esto fué en un centro deportivo que está en un bosque y tiene un restaurante tipo cabaña alpina. Antes de la cena nos mostraron las instalaciones y todos los señores y Nicholas se subieron a unos carritos que como tobogan, suben a un cerro y bajan después de internarse en el bosque, la velocidad se controla individualmente. Creo que yo tenía mas miedo que Nicholas. Cuando salimos ya estaba obscuro y el cielo tapizado de estrellas.

Jueves 16 - Por la mañana y acompañados por los Sres. Köpke y Gerda fuimos a visitar la ruina del castillo Grodno (Kynau) que se encuentra en un cerro boscoso y al que solamente se puede llegar a pié. Nosotros ya lo conocíamos, pero se lo quisimos enseñar a Nicholas, pues es un castillo medioeval semirestaurado muy interesante con mobiliario y artefactos originales o réplicas. Tiene una torre altisima, el año pasado no pude subir la estrecha escalera de madera y ésta vez hice el sacrificio, sólo para que mi nieto disfrutara de la vista increible de 360 grados, montañas, bosques y llanuras salpicadas de poblaciones, el rio Weistritz, tributario del río Oder y una presa bastante grande. La bajada fué menos fatigosa que la subida, pero la escalerita da más miedo de bajada. Después Gerda se quejó de dolor de piernas y a mí también me dolieron por un buen rato. A Nicholas le gustó mucho ése paseo. A pesar de lo dificil que es llegar al castillo, había mucha gente y varios grupos de escuelas.

Comimos en el hotel en donde se hospedaban los Köpke y también nos acompañó Lukas, un empleado del Palacio Jedlinka que ya conocemos desde hace varios años y que le ha ayudado a Guenter con información y contactos, habla alemán cortado, pero se puede conversar con él. Por la tarde asistimos a una recepción en el palacio Jedlinka al que asistieron, la gente importante del lugar, los profesores y acompañantes de los estudiantes que participaron en el concurso del viernes y por supuesto también estaban los dueños del palacio. Mientras, a los estudiantes los llevaron al centro deportivo para distraerlos un poco. Nos vestimos elegantes y Nicholas se veía muy guapo de traje y corbata, ya un jovencito.

El viernes temprano llegó el Sr. Friedrich con su hijo. Este Señor es otro amigo de internet de Guenter que donó varias copias de la crónica de la iglesia del lugar que fué protestante y el edifico fué recientemente donado por la cofradía luterana a la iglesia católica para su preservación. Ya Guenter había logrado que el padre accediera a mostrarnos los trabajos de restauración, así que todos nos reunimos en la iglesia que ya tiene la fachada terminada pero el interior aún está lleno de andamios. De ahí nos fuimos al palacio a presenciar el Concurso Internacional de Historia "Castillos y Palacios en Silesia" entre 25 estudiantes de Polonia y la República Checa, cada uno de ellos triunfador en su respectiva escuela de un concurso similar.

De la primer eliminatoria quedaron cinco estudiantes, un joven y cuatro señoritas. De la segunda eliminatoria quedaron dos señoritas. Mientras preparaban la final nos ofrecieron un lunch en un saloncito del palacio y Nicholas hasta tuvo tiempo de comunicarse con sus papás y platicarles lo que estabamos presenciando en esos momentos. El estaba muy emocionado, no quiso salir a descansar un poco de miedo a perder algún detalle del concurso, a pesar de que no entendía casi nada. La triunfadora fué una Srita de Wroclaw, capital de Baja Silesia. El premio fué un viaje para ella y su maestra por una semana a Francia, el segundo lugar recibió una computadora y el tercero una cámara

Siguió una sesión de fotografías, la campeona quiso retratarse con Guenter y luego con Nicholas, también el triunfador del concurso anterior que fué hace dos años estaba presente e igualmente buscó a Guenter y a Nicholas para que lo retrataran con ellos por separado.


Nicholas Boehm con Estudiantes en la Sala del Ayuntamento

Mayor de Caballeria Gustav Böhm (1864-1933)

Nicholas Boehm y el Triunfador del Concurso de 2009
Por la noche cerca de 20 personas cenamos en un restaurante nuevo que está en un balneario cercano, los políticos, los dueños del palacio y Guenter como siempre tomaron la palabra y después de la cena, siguió una sobremesa muy animada, todos recibimos regalos y nos despedimos como buenos amigos con la promesa de volver el año entrante si Dios nos sigue dando salud . Con eso finalizó la visita oficial en Jedlina Zdroj (Bad Charlottenbrunn hasta 1945) y el palacio Jedlinka.

El sábado y domingo los dedicamos a visitas privadas, primero fuimos a saludar al padre en Czarny Bór ( Schwarzwaldau ) que se ofreció a acompañarnos a la ruina de la torre feudal que administraban los Böhm en el siglo XIV, la dicha ruina se encuentra oculta dentro de un bosque, como no pudimos pasar por donde siempre lo hemos hecho dado que el pequeño puente de madera que unos estudiantes construyeron hace algunos años para mostrarnos la ruina ya no existe, el padre sugirió cruzar el río que no es muy caudaloso, por la carretera que no está lejos y entrar al bosque por el otro lado, para lo que hay que atravesar unos pastizales que quedan atrás de unas granjas. Dejamos el coche a la orilla de la carretera y caminamos, cada vez con más dificultad, pues el pasto estaba bastante alto, el padre iba adelante, Nicholas atrás de él, enseguida Guenter y yo al final, de pronto y en cosa de segundos se me empezó a sumir una pierna en un pantano y por más esfuerzo que hacía yo para sacarla más se me sumía, afortnadamente Guenter volteó en ése momento y se regresó a ayudarme a salir. No quiero ni pensar que hubiera pasado si no me ve a tiempo. El padre y Nicholas ni cuenta se dieron, hasta que regresaron de la ruina y me encontraron con el pantalón negro de lodo hasta la rodilla supieron lo que me había pasado, pues Guenter, después de dejarme en lugar seguro se fué a alcanzarlos y me pidió que no me moviera de ahí hasta que volvieran. Naturalmente tuvimos que regresar al hotel a bañarme y cambiarme.

Por el percance de en la mañana, llegamos dos horas tarde a la comida a la que estabamos invitados con la familia de Gretel, exvecina de Guenter de cuando él tenía seis años y ella diecisiete. Los pobres ya estaban terminando de comer, pues se cansaron de esperarnos y seguro pensaron que ya no llegaríamos, después de disculparnos y platicarles lo que nos había pasado, nos sentamos a comer y pasamos la tarde muy contentos con ellos. A Nicholas le impresionó como todos movieron sus sillas para hacernos lugar y el gusto que les dió compartir con nosotros la mesa, pues además de la consuegra de Gretel, estaban también sus dos nietos con sus novias y por supuesto su hija y su yerno, todos muy amables a pesar de que algunos hablan sólo polaco. Como ésta es la ciudad en donde nació Guenter, aprovechamos para mostrarle a Nicholas la casa en donde nació y los lugares que frecuentaba cuando era niño.

Todavía tuvimos tiempo de visitar a la familia que vive en la granja que fué del bisabuelo de Guenter y en donde nació su abuela paterna, la tienen muy bién cuidada y siempre nos reciben muy bién, la nieta de 16 años, habla bastante inglés y nos sirvio de traductora como el año pasado. Al otro lado de la carretera está la propiedad que fué de su otro bisabuelo y en donde creció su abuelo paterno que llegó ahí de bebé. En ésa propiedad que fué paradero con restaurante, hospedaje, salón de baile y caballerizas, no conocemos a nadie, pues está convertida en casa de departamentos y aún pertenece al gobierno, por lo que está en deplorables condiciones y el salón de baile semiderrumbado.

También nos paramos en el rancho que fué de los antepasados de Gustav Böhm (dueño del palacio). En la casa hay una placa con las iniciales de su bisabuelo y la fecha en que fué contuida "Erbaut CG Böhm 1820" y en uno de los graneros que hoy usan como garage y almacén, hay una placa con las iniciales de su padre "Erbaut CW Böhm 1866" y la fecha de su constucción. Salieron las personas que viven ahí y muy amables nos mostraron la casa, el jardín y el granero en donde tienen guardados dos Mercedes y un VW que tienen como colección. En los otros edificios que fueron parte del rancho hicieron departamentos y los vendieron en condominio. Todo está muy bien cuidado. El hijo de 14 años la hizo de traductor, pues aprende inglés en la escuela y nos sacó de apuros. No nos dejaron ir sin café, pastel y regalos. Gerda no nos acompañó ése día pues se quedó con una amiga que tiene y que vive cerca del palacio.

El domingo fué nuestro último día en Silesia y lo aprovechamos para llevar a Nicholas al castillo de Fürstenstein, existe desde el siglo XIII, y en diferentes épocas se le construyeron adiciones y nuevos jardines, por lo que el conjunto es grandísimo y está muy bien restaurado y bonito. El museo muy grande e interesante. Dentro del conjunto hay un hotel, tres restaurantes y varias tiendas de curiosidades y antiguedades. Después de comer en uno de los retaurantes, regresamos al hotel a descansar y en la tarde estabamos invitados a una feria de la iglesia. Ahí volvimos a ver a los políticos del lugar y nos presentaron a la nueva Ciudadana Honorífica, ya es la tercer persona con ése título. El primero es un obispo, el segundo Guenter y ahora ella. La Sra. Lucja Chauvet es polaca que vive en Francia y es presidenta de una organisación que se ocupa de atender las necesidades de los polacos que viven en el sur de Francia.

El lunes desayunamos muy acompañados, pues Guenter invitó a desayunar a los Köpke, a la Sra.Lucja Chauvet con su esposo y a Bogumil, tío de los dueños del palacio. El desayuno se prolongó por dos horas y nadie quería despedirse, otra vez nos fuimos de Silesia con muchos regalos, nuevos amigos y ganas de regresar. Pero había que partir, pues en la tarde teníamos la comida con los amigos de escuela de Guenter en Sajonia, Alemania. Nos esperaban cuatro horas de viaje.

Después de llevar a Gerda a su casa, en donde ya nos estaban esperando su hija y yerno con café y pastel, nos dirigimos al hotel, adonde apenas tuvimos media hora para descansar y prepararnos para la comida con los amigos de Guenter. Por fortuna la comida fué en el restaurante de nuestro hotel, todos llegaron puntuales y pasamos una tarde muy agradable, intercambiamos regalos y ellos también llevaban algo para Nicholas, que como siempre durante todo el viaje se comportó mejor de lo que esperabamos. A veces se aburría cuando no podíamos traducirle todo, pero no se quejó. Hablaron mucho de política internacional y del amigo que el año pasado no pudo ir a la reunión y nos habló desde Mayorca para saludarnos y asegurarnos que este año no faltaría, nadie se imaginó entonces que a las dos semanas iba a perder la vida en un accidente de motocicleta, QPD.

Al día siguiente desayunamos con otro de sus amigos y su esposa que no pudieron asistir el día anterior. Después de desayunar visitamos el museo de la mina de carbón del lugar, que tiene la historia de todas las minas de la la región que por más de 200 años sostuvieron la economía local. El recorrido es muy interesante, pues aunque no entra uno a la verdadera mina, la reconstuyeron tan bien que parece que el tour comienza en las entrañas de la tierra y va uno subiendo parte por escaleras y parte por el elevador que usaban los mineros, para finalizar el tour, tiene uno que bajar de la misma manera para salir al estacionamiento del museo. Es dificil imaginarse que el pobre de mi suegro pasó 34 años de su vida en ése mundo y no se enfermó. Ahora esas minas ya tienen varios años de estar paradas, siendo otras fuentes de trabajo las que sostienen la economía en esa parte de Alemania. Lo más interesante para nosotros fué que precisamente en ésa mina trabajó mi suegro desde que fueron expulsados de Silesia en 1948 hasta su jubilación en 1961. En Silesia tambíén fué minero por más de 20 años. Además comprendimos porque el saludo de los mineros significa algo así como "Sal con Bien" o "Que Tengas Suerte".

El miercoles 22, después de un viaje de 6 horas llegamos a Ringheim, en ése lugar vivimos de 1971 a 1977 y hemos conservado la amistad con nuestros vecinos de aquellos años y cuando hay oportunidad nos visitamos, ellos nos visitaron en México y aquí en EEUU y cuando podemos nosotros pasamos unos días con ellos en Alemania. Nuestros hijos son más o menos de la misma edad y fueron compañeros de escuela. Ahí estuvimos dos días, visitamos Grossostheim, pequeña ciudad medioeval y el castillo Johannisburg en Aschaffenburg que está en las margenes del río Main, además del museo que alberga el interior del castillo, sus jardines son dignos de recorrerse con calma, pues són estilo mediterraneo con plantas traidas de quellas regiones que no me explico como hacen para aclimatizarlas tan al norte, magueyes que por estar en macetones se pueden guardar en invierno, pero algunas palmas y hasta una higuera que están en el suelo quien sabe como sobreviven el invierno, así como fuentes y esculturas griegas y romanas. Y entre esos jardines , el rey de Bavaria mandó construir en 1840 - 48, una réplica de una casa de Pompeya, para que sus subditos tuvieran la oportunidad de ver como vivían los habitantes de esa legendaria ciudad antes de la erupción del Vesubio en el año 79 de nuestra era. A él le impresionó tanto su visita a las excavaciones de Pompeya, que quiso compartir con todos los que no podían hacer ése viaje las belleza que quedaron sepultadas entre las cenizas de aquel volcán por tantos siglos y todavía nosotros podemos admirarla a pesar de que los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial destruyeron casi todo.

Con la Fam. Edlich estuvimos muy contentos visitando lugares que frecuentabamos cuando vivíamos ahí y también visitamos a algunos de nuestros exvecinos, la mayoría retirados, los amiguitos de nuestros hijos ya tienen sus propias familias como los nuestros y viven en otros lugares, por unos minutos todos viajamos al pasado, por desgracia el Sr. Edlich ya se nos adelantó hace algunos años, pero su esposa, hija y nietecita nos recibieron y atendieron muy bién, la niña se amigó de Nicholas aunque es más pequeña, no se entendían, pero jugaron, tocaron el piano y todos disfrutamos la estancia. La novedad es que el hijo que es de la edad de Alexander y vive en otra ciudad se casa a fín de año con una muchacha de Guadalajara que se apellida Navarro, como mi mamá que también era de esa ciudad.

El viernes 24 regresamos a Pfaffenhofen, aunque Alexander y Eva aún estaban en Grecia, nos permitieron llegar a su casa y permanecer ahí hasta que ellos llegaran. Mientras nos dedicamos a visitar a los otros parientes que viven en esa ciudad. La primer noche en la casa de Alex, Nicholas no pudo dormir bien , pues a las cuatro de la mañana lo despertó la algarabía de los pájaros que van a comerse las cerezas de un cerezo que está en el jardín, frente a la ventana de la pieza en donde él dormía, desde entonces cerramos la ventana por las noches. Alexander y Eva llegaron el martes 28, fuimos a recogerlos al aeropuerto y antes de llegar a la casa comimos en el monasterio de Scheyern que existe desde hace mil años, está muy bien conservado, los monjes son dominicos y tienen ahí una escuela para varones, además rentan una parte al restaurante, la comida es bastante buena, Nicholas comió tanto que en la noche se enfermó del estómago.

El miércoles Eva y Alex se dedicaron a contestar llamdas y mails de sus clientes, enviar pedidos y desempacar, nosotros fuimos a visitar a mis cuñados, Elsbeth se vé ya muy cansada, sin embargo le dió gusto vernos y se alentó un poco. Herbert fué con nosotros al panteón a visitar la tumba de mis suegros y después fuimos a cenar con Alex y Eva a un restaurante tahitiano que ellos visitan con frecuencia. Antes habíamos ido a la bodega de Alex para que Nicholas viera que clase de negocio tiene y salió con un monedero nuevo.

El jueves en la mañana Nicholas y Alexander fueron a jugar futball soccer y yo los acompañé para sacar fotos. Después Guenter, Nicholas y yo fuimos al centro a hacer las últimas compras y a mandar por correo una caja con regalos y libros que recibimos en Polonia, pues era demasiado peso para el avión. También revelé algunas fotos para enseñarles a los familiares, los lugares y personas que habíamos visitado. Por la tarde comimos en la casa de nuestros sobrinos Yolanda y Peter. Asistieron todos los familiares que viven en Pfaffenhofen, hasta mi concuña se animó a ir aunque ya camina con muchos trabajos. Estuvo contenta y varias veces acarició a Nicholas diciendo con asombro "Nicholas, del pequeño Marcus y que grande está". Todos estuvimos muy contentos, hasta el bebé Julián andaba de mano en mano. Nicholas se veía contento de ser tío.

Nuestro último día lo pasamos en la ciudad de Munich que está como a 50 Km. de Pfaffenhofen. Alex nos llevó a conocer el lugar en donde se surte de mercancía. Es un almacen inmenso con toda clase de tiendas en donde sólo se puede compra al mayoreo puros artículos de vestir. En donde él compra solo son articulos de piel y joyería de moda, tan grande que no sabe uno ni para donde caminar, si te cansas puedes sentarte en una esquina con sillones, bebidas y galletas gratis. Nos presentó al dueño que es un Indú muy simpático que luego luego se puso a platicar con Guenter de los problemas de nuestro tiempo. De ahí nos fuimos al centro de Munich en el metro, fué algo novedoso para Nicholas. El coche con la cajuela llena de bolsas de piel genuina se quedó en el estacionamiento del metro todo el día y lo encontramos como lo dejamos.

Salimos del metro precisamente cuando en el ayuntamiento estaban dando las doce del día y el famoso reloj empezaba a dar las doce campanadas en la torre central, al finalizar éstas, se pone en movimiento el nacimiento que está a la mitad de la torre, seguido por otro desfile de bailarines que está un nivel más arriba del primero, estos bailarines están sosteniendo arcos de flores, las figuras són de tamaño real si no es que más grandes. Decenas de turistas se paran a disfrutar del espectáculo , después subimos a la torre, por elevador y desde arriba se puede contemplar toda la ciudad, Eva dice que en días claros se pueden ver los Alpes en el horizonte, pero estaba bastante nublado y empezó a llover cuando estabamos arriba, el viento helado nos obligó a bajar antes de lo que hubieramos deseado, Alexander y Nicholas tomaron las escaleras y nosotros el elevador. Solo Eva llevaba sombrilla que compartió conmigo, Nicolas llevaba rompevientos con capucha, pero Alex y Guenter se dieron buena mojada, comimos en la casa de la cerveza y hasta Nicholas recibió su tarro de cerveza sin alcohol. La lluvia era intermitente, así que pudimos caminar por el centro y ver algunos edificios importantes. Volvimos a tomar el metro hasta donde estaba el coche y llegamos a tiempo de ir a cenar al centro de Pfaffenhofen, Herbert y Peter cenaron con nosotros. Como mis cuñados ya viven en el centro en una casa de departamentos para personas mayores, acompañamos a Herbert y aprovechamos para despedirnos de Èlsbeth. le dió gusto vernos, jaló a Nicholas para darle un beso, le dijo que saludara a sus papás y hermanita y expresó el deseo de venir a visitarnos cuando esté mejor de salud. La lluvia empeoró el resfriado que Nicholas y yo traiamos desde el día anterior.

Al fín el sábado dos de Julio después de desayunar nos despedimos con tristeza y con 10 paquetes de Kleenex. Tuvimos un vuelo tranquilo y en Syracuse ya nos estaban esperando Marcus y Fam. que se pusieron felices de vernos especialmente a Nicholas. Al día siguiente descubrimos con sorpresa y mucho coraje que alguien nos había sacado la cámara de la maleta de mano. Afortunadamente revelé en Alemania 100 de las 600 fotos que tomé durante el viaje, así no se perdió todo y Nicholas ya me dió copias de las que sacó con su cámara. Y ya está preguntando si puede acompañarnos el año que viene.

Anuncio del cuarto Concurso Internacional de Escuelas Preparatorias "Castillos y Palacios en Silesia"

Fotos del Concurso

Nuestra Visita en Jedlina Zdrój





Historia de la Familia Böhm
Relato de nuestro primer viaje a Silesia
Julio 2001

Relato de nuestro segundo viaje a Silesia
Octubre 2002

Relato de nuestro cuarto viaje a Silesia
Septiembre 2005

Relato de nuestro quinto viaje a Silesia
Julio 2006

Relato de nuestro sexto viaje a Silesia
Septiembre 2007

Relato de nuestro septimo viaje a Silesia
Julio 2008

Relato de nuestro octavo viaje a Silesia
Septiembre 2008

Relato de nuestro noveno viaje a Silesia
Junio 2009

Relato de nuestro decimo viaje a Silesia
Septiembre 2010


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